Las minas de Cía. La Providencia en los Picos de Europa comenzaron a explotarse entre 1856-1860. Esta compañía, de capital cántabro, madrileño y asturiano, poseía dos grandes núcleos de producción: las calaminas se extraían en la zona de Ándara y la esfalerita en la de Áliva.
Diversas fueron las minas que beneficiaron, entre las que destacaron Provisión, Suerte Vista, Segura, Última de Ándara, Abundantísima, Enclavada, Inagotable, etc. En 1909, eran tres las concesiones que disponían en Ándara y cuatro en Áliva, en las que trabajaban un centenar y medio de obreros, entre hombres, mujeres y muchachos.
Las explotaciones entrarían en declive hacia finales de los años 30, hasta llegar a consumarse el cierre de las mismas y la disolución de la compañía. En 1942 se hizo cargo de las concesiones su sucesora, la Cía. Minero-Metalúrgica Montañesa, que se limitó a beneficiar los yacimientos de Áliva hasta 1953.
Para calcinar la calamina, La Providencia levantó en la localidad de Ojedo una batería de hornos, desde donde, una vez tratado el mineral, era enviado hasta la ría de Tina Mayor (Unquera-Bustio) para ser embarcado con destino a la fábrica que la Real Cía. Asturiana de Minas poseía en Arnao.
Dos de estos hornos, tras haber sido parcialmente restaurados, pueden contemplarse en un pequeño jardín junto a la carretera general, en el centro urbano de Ojedo.
Artículo original de MTI Blog / |Contenido bajo Licencia Creative Commons